La fibromialgia y su diagnóstico fantasma

Una de los trastornos más injustamente tratados ha sido y es la fibromialgia, no sólo por su difícil diagnóstico sino porque sus diferentes síntomas a menudo quedan camuflados bajo la apariencia de otro tipo de enfermedades.

En principio, el enfermo de fibromialgia suele padecer una sintomatología muy diversa, que podría resumirse en:

  • Dolores de cabeza y trastornos en el sueño.
  • Rigidez en la nuca.
  • Fuertes dolores menstruales.
  • Adormecimiento y hormigueo en las manos y los pies.
  • Dificultades para concentrarse y lagunas de memoria.

Dificultades para diagnosticar la fibromialgia

El problema estriba cuando un paciente acude a la consulta de su médico, aquejado por uno o varios síntomas de los descritos, pues frecuentemente no recibirá un diagnóstico acertado a la primera, ya que la fibromialgia, dependiendo de los signos visibles que manifieste, puede ser confundida con otras enfermedades, tales como: el síndrome de fatiga crónica, la disfunción de la articulación temporomandibular, inflamación intestinal, la endometriosis, la cistitis intersticial y otras tantas.

Consecuencia de ello es que el paciente, hasta hace muy poco, tenía que pasar por un largo peregrinar de pruebas y diagnósticos fallidos, lo que convertía su dolencia en una especie de enfermedad fantasma de difícil aceptación social.

Origen del trastorno

La fibromialgia no tiene unas causas conocidas, aunque muchos científicos piensan que posee un componente genético que predispone al afectado a sufrir los dolores con mayor intensidad. Por otra parte, existen ciertos factores relacionados con el trastorno, como puedan ser:

Los dolores musculares son uno de los principales síntomas de la fibromialgia

¿Quién la padece?

La fibromialgia suele afectar principalmente a mujeres en edad madura (un 80% de los casos), aunque también se da en mujeres más jóvenes, hombres y, en menor medida, en niños. Al tener un componente hereditario, suele ser frecuente en familias en donde se hayan dado casos anteriores.

Su tratamiento

La fibromialgia es muy difícil de tratar y requiere que el paciente se ponga en manos de un profesional que conozca el trastorno y tenga experiencia previa. En ese sentido, ya son muchos los médicos de cabecera que son capaces de diagnosticarla y tratarla en su fase inicial, aunque posteriormente son los médicos de medicina interna o los reumatólogos quienes se encargan de hacer el seguimiento.

Por supuesto, el tratamiento médico suele complementarse con grupos de apoyo, tales como fisioterapeutas, terapia de grupo y medicina natural.

El trastorno requiere, sobre todo, una vida ordenada del paciente, quien deberá frecuentar el descanso nocturno y una alimentación sana con programadas sesiones de ejercicios. Como es natural, también existen fármacos que combaten los episodios de dolor y el intenso cansancio, basados en su mayoría en principios anti reumatoides, como puedan ser los anti-inflamatorios y los relajantes musculares. Por supuesto, la automedicación es absolutamente desaconsejable.

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