Las moscas nos ganan en reflejos

Las moscas son unos de los seres vivos con mayores reflejos, gracias a la gran cantidad de imágenes que pueden procesar por segundo para obtener la sensación de una realidad en movimiento.

Los diferentes seres vivos tienen una percepción de la «información temporal» que varía mucho de unos a otros, en función de su tamaño y de su ritmo biológico. Dentro de lo descrito, destacan los increíbles reflejos que tienen las moscas, algo asombroso y digno de analizar.

El símil de un video

Es por todos sabido que un video no es más que una secuencia de fotos que se proyectan tan deprisa que no permiten distinguir la transición entre las imágenes. Por eso tenemos la sensación de que se mueve lo que vemos por pantalla.

El ritmo al que se pasan las imágenes de un video se mide en fotogramas por segundo. Si la frecuencia supera los 10 o 12 fotogramas por segundo, entonces dejamos de percibir las imágenes individualizadas y empezamos a experimentar la sensación de movimiento. Lo normal es que los videos tengan una frecuencia de entre 24 y 30 fotogramas por segundo.

Por supuesto, en el caso de que la frecuencia sea menor que la mínima descrita, la sensación de movimiento desaparece y sólo percibimos imágenes que saltan de una forma más o menos artificiosa.

El símil llevado a los ojos

Sin embargo, nuestros ojos son algo más que unas meras cámaras que filman el paso de unas imágenes a una frecuencia concreta.

Al ver un video, nuestro cerebro tiene que procesar la información recibida para entender qué está pasando entre los fotogramas en movimiento, y este procesamiento limita la cantidad de información que podemos analizar por segundo.

Lo cierto es que las células que captan la luz de nuestros ojos pueden responder a cambios mucho más rápidos, como los producidos al observar 60 parpadeos por segundo de una bombilla. En este caso, nuestro cerebro deja de percibir los fogonazos de forma individualizada e interpreta que la bombilla está encendida. Es lo que conocemos como «umbral de fusión de parpadeo».

Un estudio muy interesante

Un estudio reciente ha querido comprobar si los animales más pequeños y con un ritmo metabólico acelerado perciben su entorno con una mayor cantidad de «fotogramas por segundo», a diferencia de otros animales de mayor tamaño y de metabolismo más lento.

Para ello, analizaron un conjunto de trabajos en los que se estudiaba el «umbral de fusión de parpadeo» de diversos animales que se habían colocado frente a una bombilla parpadeante.

Los animales habían sido entrenados para que su comportamiento cambiase según percibiesen la luz a fogonazos. Por ejemplo, unas gallinas eran recompensadas con pienso cada vez que se dirigían hacia una bombilla que ellas veían como parpadeante, en lugar de acercarse a otra que percibían como luz continua.

El ser humano tiene un umbral de fusión de parpadeo de 60 Hercios (parpadeos por segundo), el de los gatos es de 55 Hz, el de los perros se sitúa en los 80 Hz, siendo de 87 Hz para las gallinas y de 100 Hz para las palomas. Un caso extremo lo tenemos con el sapo marino, que sólo detecta parpadeos con una frecuencia máxima de 6,7 Hz.

Y las moscas ganan

En el estudio se recoge que las moscas tienen un umbral de fusión de parpadeo de 240 fotogramas por segundo.

Este dato corresponde particularmente a los moscardones y resulta muy interesante, ya que cuantas más imágenes por segundo pueda captar el organismo, mayor será su resolución temporal y más detalles podrá observar de lo que acontece a su alrededor.

El cerebro de la mosca es capaz de procesar imágenes a 240 Hz.

En otras palabras: observar tu entorno a más «fotogramas por segundo» permite que el ser vivo observe eventos que tienen lugar a una escala de tiempo menor. Un buen ejemplo de esto lo tenemos en las cámaras superlentas, que perciben acciones que se producen en escalas temporales ínfimas, gracias a grabar a un ritmo de varios centenares de Hz.

Pero no debemos entrar en confusión. Las moscas, verdaderas campeonas en lo que ha reflejos se refiere, no es que perciban el mundo a cámara lenta, sino que, al procesar más imágenes por segundo, perciben el movimiento a su alrededor de una forma mucho más detallada. Esto les permite responder a los estímulos con mayor rapidez y eficacia.

El estudio determinó que cuanto más pequeño sea el ser vivo y mayor sea el ritmo de su metabolismo, mayor será su resolución temporal.

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