El descubrimiento de dos estrellas recubiertas de carbono y oxígeno ha hecho que la comunidad científica se replantee sus modelos estelares.
Se encuentran a más de 10.000 años luz de la Tierra. Nos referimos a dos estrellas muy calientes, que están haciendo que los astrónomos se replanteen sus conocimientos sobre la evolución estelar y cómo se llegan a formar esos astros gaseosos.
Las dos estrellas observadas son únicas debido a la poco habitual composición de su superficie: están envueltas por carbono y oxígeno, que son las cenizas que deja el helio después de quemarse. Fueron descubiertas hace poco por un equipo de astrónomos alemanes.
Dos estrellas muy singulares
Estas estrellas son densas y están muy calientes (su superficie es 10 veces más caliente que la del Sol). Es la temperatura de su superficie lo que las hace tan especiales. Se las conoce por el nombre de PG1654+322 y de PG1528+025, y los detalles sobre su descubrimiento fueron publicados recientemente en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
Aunque la superficie de estas estrellas está compuesta por carbono y oxígeno, se cree que sus núcleos están conformados por helio, así parece desprenderse de sus radios y temperatura. Esto es muy poco habitual.
Las estrellas que tienen esta composición en su superficie es porque ya han terminado de quemar el helio de sus núcleos y están a punto de convertirse en enanas blancas. Así lo ha reconocido Klaus Werner, astrónomo de la Universidad de Tübingen y autor principal del estudio.
Esto se traduce en que el exterior de las dos estrellas observadas parece haber sufrido ya una fusión nuclear, pero sus núcleos siguen siendo un reactor nuclear activo, lo que va en contra de lo analizado en otras enanas blancas.
El descubrimiento de esta nueva estructura ha llevado a que los científicos se pregunten acerca del origen de esas estrellas. En otro artículo, también publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, se intenta teorizar sobre una posible explicación.
Una explicación teórica
Se teoriza que las estrellas descubiertas podrían haberse formado a través de un extraño tipo de fusión estelar. Así lo cree Miller Bertolami, astrofísico del Instituto de Astrofísica de La Plata y autor principal del segundo artículo.
La idea es que, bajo las condiciones adecuadas, una enana blanca rica en carbono y oxígeno podría ser interrumpida y agrandada por una compañera, de esta forma darían origen a astros como los descubiertos por Werner y su equipo.
Durante una fusión entre dos enanas blancas, el objeto más masivo probablemente rompió al más pequeño con su atracción gravitacional. En lugar de mezclarse de la forma habitual el material de las dos estrellas, hasta convertirse ambas en una única, la interacción pudo ser algo similar a una estrella envolviendo a la otra.
En un futuro, se deberán analizar los modelos de evolución estelar para probar si dichas fusiones pueden desencadenar semejantes resultados.