Cada vez se está más cerca de hallar un tratamiento efectivo contra la esclerosis múltiple primaria progresiva, siendo esperanzadores los primeros pasos que se han dado al respecto.
El Servicio de Neuroinmunología Clínica del Hospital Vall d´Hebron, llevó cabo, durante el año 2018, un estudio internacional para el desarrollo de un nuevo fármaco contra una variante de la esclerosis múltiple conocida como esclerosis múltiple primaria progresiva.
Un estudio pionero
Este estudio fue liderado por el Dr. Xavier Montalbán, jefe del citado Servicio y director del Centro de Esclerosis de Cataluña (Cemcat). El fármaco, conocido como ocrelizumab, ofreció resultados esperanzadores pues consiguó retrasar en al menos doce semanas la progresión de la enfermedad.
La esclerosis múltiple primaria progresiva afecta a entre un 10 y un 15% de los pacientes que sufren esta enfermedad, y los signos neurológicos que provoca aparecen progresivamente y empeoran con el paso del tiempo. El estudio resulta fundamental porque, hasta ahora, estos pacientes no disponían de tratamiento alguno y este es el primer medicamento en fase de experimentación que consigue resultados efectivos.
El fármaco fue probado con 732 pacientes con esclerosis múltiple primaria progresiva y, como ya se ha mencionado, ha conseguido un retraso significativo en el avance de los síntomas.
Ocrelizumab, es un anticuerpo monoclonal diseñado para combatir selectivamente a las proteínas CD20B, presentes en células con un tipo de inmunidad específica que juega un factor predominante en el deterioro de la mielina y de los nervios. El medicamento actúa uniéndose a la superficie de estas proteínas, preservando las funciones más importantes del sistema inmune.

Una enfermedad sin tratamiento
La esclerosis múltiple primaria progresiva es una enfermedad crónica que afecta a 2,3 millones de personas en todo el planeta. Se da más en los hombres que en las mujeres, y los primeros síntomas suelen aparecer entre los 20 y los 40 años de edad.
En la actualidad, no tiene cura ni tratamiento específico que haya superado la fase de experimentación.
La enfermedad se origina cuando el sistema inmune ataca de forma anormal el aislamiento del nervio (mielina) del sistema nervioso central. Esto afecta primordialmente al nervio óptico y al sistema motriz, causando diversos síntomas, tales como: dificultades progresivas para caminar, pérdida de fuerza, torpeza o debilidad, rigidez en las extremidades, inestabilidad, pérdida de visión, etc.