El comsumo del té kombucha cada vez está más extendido, no sólo por los grandes beneficios que aporta a nuestro organismo, sino gracias a su fácil preparación.
El té kombucha es una bebida fermentada que se elabora a partir de un té endulzado. Éste se fermenta valiéndonos de una colonia simbiótica de bacterias y levaduras llamadas SCOBY (Symbiotic Culture Of Bacteria and Yeast), y como resultado obtenemos una efervescencia y un sabor que nos recuerda desde el vinagre de manzana hasta alguna variedad de champán, según el tipo de té empleado.
Los remedios que se esconden en las algas y hongos: el té kombucha
El consumo de kombucha se ha extendido mucho entre la comunidad Health Conscious de Estados Unidos. Se comercializa en todos los supermercados orgánicos y saludables, e incluso la encontramos en restaurantes en modalidad de refrescos. En Europa su consumo cada vez está más extendido y tiene una gran difusión tanto en el ámbito de las redes sociales como en el del naturismo y alimentación ecológica.
Conviene remarcar que los primeros usos de té kombucha están fechados en el 221 a. C., durante la dinastía china Tsin. Por tanto, su origen es asiático, siendo también conocido como el té de la inmortalidad. La medicina tradicional china lo ha utilizado durante más de dos milenios.
Beneficios y contraindicaciones
Se atribuyen muchos beneficios a esta bebida probiótica con propiedades depurativas, antioxidantes, energéticas y reconstituyentes del sistema inmunológico. Podemos encontrar muchos casos y evidencias experimentales que así lo avalan, sobre todo en personas que han estado tomando este té durante años. Los principales beneficios que aporta son:
- mejora problemas digestivos y del tránsito intestinal.
- mejora los niveles de energía y fortalece el sistema inmunológico.
- mejora alergias e infecciones recurrentes como la candidiasis.
- disminuye los síntomas premenstruales y normaliza la presión arterial.
- combate la artritis y disminuye el dolor de articulaciones.
- previene la pérdida de memoria.
- tópicamente, mejora problemas de la piel y sirve para aclarar el cabello y fortalecer el cuero cabelludo.
Como cualquier producto que se hace en casa, no resulta aconsejable su consumo en caso de embarazo o lactancia, pues puede estar contaminado por otras bacterias o hongos si no se prepara con cuidado y máxima higiene. También está contraindicado en personas que padecen de un sistema inmune delicado.
SCOBY: el cultivo simbiótico de la Kombucha
La colonia SCOBY de kombucha tiene un aspecto y color similar a una crep gruesa y es la responsable de transformar el té azucarado en una bebida probiótica. Dentro de la colonia encontraremos los siguientes microorganismos: Saccharomycodes ludwigii, Schizosaccharomyces pombe, Brettanomyces bruxellensis, Bacterium xylinum, Bacterium gluconicum, Bacterium xylinoides, Bacterium katogenum, Pichia fermentans y Candida stellata.
De la transformación y del proceso de fermentación, amén de todas las bacterias probióticas, obtendremos vitaminas (sobre todo del grupo B y C), aminoácidos, enzimas, y ácidos orgánicos beneficiosos para la salud como el glucorónico (de gran poder detox), el láctico (ayuda a la digestión y mejora la circulación sanguínea) y el acético (antibiótico natural).

Para preparar nuestro té kombucha necesitares un frasco de cristal, un paño limpio y una goma con la que sujetar el paño a la boca del frasco.
En cuanto a los ingredientes, serán: un SCOBY, un litro de agua filtrada, dos bolsitas de té (negro, verde o rojo), 60 g de azúcar blanco y cultivo iniciador (este puede ser media taza de 120 ml de kombucha ya utilizado o, en su defecto, de vinagre de manzana).
Preparación
La preparación seguirá los siguientes pasos:
- Poner el agua a hervir en una olla. Después de hervir, apagar el fuego y sumergir las bolsitas de té. Se dejará reposar durante unos 10-20 minutos.
- Añadir el azúcar y remover bien hasta que se disuelva.
- Dejar enfriar el té endulzado, cubriéndolo con un paño limpio para proteger la bebida.
- Pasaremos el té endulzado al frasco de cristal para preparar el té kombucha. A continuación, añadiremos la SCOBY y el cultivo iniciador.
- Taparemos el frasco con el paño limpio y asegurarlo con una goma elástica.
- Dejaremos el frasco en un lugar que tenga una temperatura entre los 21 y los 26 ºC, fuera de la luz solar y con ventilación, allí permanecerá unos 10 días (siete días si deseamos un té más dulce). Cuanto más lo dejemos fermentar más avinagrado será el sabor.
- Una vez finalizado el proceso, conservaremos nuestro té kombucha en la nevera para evitar que se forme más ácido carbónico (que lo volvería aún menos dulce). Hay que tener en cuenta que, con el paso del tiempo, irá cogiendo cada vez un sabor más avinagrado.
SCOBY hija
En cada lote de té kombucha que se prepara se obtiene una SCOBY hija, que permite iniciar un segundo lote si se conserva y se hace crecer dentro de un bote de té kombucha que se dejará avinagrar. También, podemos adquirir el té kambucha o una SCOBY directamente en tiendas especializadas.