Un cráneo hallado en Burgos muestra evidencias de la primera intervención quirúrgica de oídos llevada a cabo hace 5.300 años.
Una gran sorpresa se llevó un equipo de investigación al entrar en una antigua cámara funeraria en Burgos, España. En su interior había unos 100 cuerpos. Se piensa que la cámara data del cuarto milenio a. C., y lo realmente llamativo fue que hallaron, entre todos los restos, un cráneo muy singular de una mujer.
Una intervención quirúrgica sorprendente
Los investigadores han publicado recientemente su trabajo en la revista Scientific Reports, y en él detallan que el cráneo muestra una serie de agujeros de trepanación en los huesos temporales. Es decir, se está ante el registro más antiguo conocido de cirugía de oído en el ser humano.
Los autores del estudio destacan que, antes de la llegada de la medicina, una inflamación y la infección del hueso mastoideo podía llevar a la muerte. Por lo tanto, deducen que la cirugía que han hallado bien podía estar encaminada a atajar la infección de oído.
Es más, existen evidencias de regeneración ósea que indican que la mujer prehistórica sobrevivió al procedimiento. Las tomografías hechas por ordenador revelaron que los dos canales auditivos habían sido modificados quirúrgicamente, probablemente por trepanación, una técnica muy antigua en la que se perfora o raspa un agujero en el cráneo humano.
Un instrumental primitivo
El corte realizado en el cráneo no permite concluir qué tipo de herramienta se utilizó para extraer el tejido óseo, aunque pudo ser un instrumento afilado con un movimiento circular. Son varios los estudios que avalan el uso de instrumentos de piedra calentados con fuego para cauterizar heridas y realizar trepanaciones.
La hipótesis revela que la persona a la que pertenecía el cráneo pudo ser intervenida quirúrgicamente de ambos oídos. Parece que la intervención se realizó primero en la oreja derecha, debido a una patología del oído lo suficientemente alarmante, a la que sobrevivió esta mujer prehistórica.
Después se le intervino la oreja izquierda con el mismo procedimiento de punción en el hueso mastoideo. Se trata de una operación muy dolorosa, pero tremendamente fundamental si nos atenemos a la etapa histórica en que se realizó.