Unos restos fósiles de Spinosaurus han dado a entender la existencia de una nueva especie que proliferó en la Península Ibérica.
Se trata de un fósil de 125 millones de años de antigüedad que se descubrió hace una veintena de años en Portugal. Ahora, nos ha desvelado nuevos datos sobre los Spinosaurus, un temible grupo de dinosaurios carnívoros que casi igualaban el tamaño de los tiranosaurios.
El descubrimiento ha añadido al Iberospinus natarioi en la pequeña lista de Spinosaurus conocidos. Eran semiacuáticos, tenían cara de cocodrilo y una espalda cubierta de espinas. La nueva investigación, publicada en PLoS ONE, detalla sus características.
Un nuevo género y especie
El espécimen, bautizado como ML1190, fue confundido con otra especie de Spinosaurus. Sin embargo, los trabajos de los paleontólogos Octávio Mateus y Darío Estraviz-López de la Escuela de Ciencia y Tecnología NOVA de Lisboa, determinaron que se trataba de un género y una especie completamente nuevos.
El descubrimiento resulta esencial para comprender mejor la evolución, filogenia y el comportamiento de los Spinosaurus. La investigación parece señalar que Europa occidental fue un hervidero de Spinosaurus, aunque serán necesarios más estudios para poder asegurarlo.

Sus características
Los restos fósiles de Spinosaurus son muy poco frecuentes, debido a sus características físicas y a su estilo de vida parcialmente acuático. Medían entre 12,6 y 18 metros de largo, y se encontraban entre los carnívoros más grandes que existieron.
Tenía una configuración única de los nervios de la mandíbula, y una punta recta del extremo posterior de la mandíbula inferior, en lugar de la habitual curva del Baryonyx o del Suchomimus. Igualmente, poseía una proyección de la cresta ósea hacia abajo y carecía de una proyección muscular prominente en la escápula (omóplato).
Se pensaba que los Spinosaurus se alimentaban de peces de aguas poco profundas, pero nuevas evidencias descubiertas en el año 2020 señalan que algunas especies nadaban moviendo la cola.
El descubrimiento de los restos
Una parte de su nombre, Iberospinus, viene del primer ejemplar encontrado en la Península Ibérica, y la otra parte, natarioi, es en homenaje a su descubridor, Carlos Natário, que descubrió el conjunto original de fósiles en 1999.
El Spinosaurus encontrado data del Cretácico temprano, y fue hallado cerca de la zona portuguesa de Cabo Espichel. Otros fósiles habían sido encontrados en África, en las Islas Británicas y en la Península Ibérica.
El espécimen ML1190 tiene 125 millones de años de antigüedad, y se creía originalmente que se trataba de un espécimen de Baryonyx walkeri, un Spinosaurus. Los nuevos datos han reavivado el interés por la especie.
Desde su descubrimiento en 1999, se ha recuperado partes de la mandíbula, la escápula, el pubis, una garra del pie y varios fragmentos de la columna vertebral.